Los niños llegaron, muy alegres, al jardín; para todos, las vacaciones terminaron, pero no para Martín; el niño que vivía muy alegre con su abuelo, un anciano que tenía la barba recargada y en la cabellera soleada, escaso el blanco pelo; pero qué lindo cantaba con su voz cansada, con su voz de cielo. - Maestra querida, ¿por qué no viene Martín? - en cualquier momento los niños preguntaban. - Lo siento, él ya no vendrá al jardín, despidieron a su abuelo de donde trabajaba - con palabras doloridas, la maestra respondía sin consuelo - ¿Martín no pudo comprar útiles